viernes, 20 de mayo de 2022

UNDÉCIMA ETAPA CAMINO FRANCÉS: SAN JUAN DE ORTEGA - BURGOS.

 UNDÉCIMA ETAPA:  San Juan de Ortega - Burgos.

Viernes 20 de mayo de 2022


La tarde de ayer estuvo de sorpresas, ya que cuando Laura y yo regresamos del arroyo de San Juan, nos encontramos a Juan Primor y a las dos nórdicas en la puerta del albergue, sin poder pernoctar en él, 


    ya que cuando regresaron de Agés todas las camas se encontraban ocupadas. Lo que les ocurrió fue que cuando llegaron a su fin de etapa, se encontraron con que, por problemas personales de la posadera, el albergue de la localidad llevaba ya cerrado varios días, decidiendo deshacer el camino y volver hasta San Juan de Ortega, decisión, bajo mi modesto entender, totalmente errónea, ya que si hubieran seguido dos o tres kilómetros más se hubieran encontrado con el albergue de Atapuerca; pero allá ellos. Está claro que el camino nos los devolvió. Al final el alberguero nos solucionó el problema de alojamiento y los cinco nos apañamos con cuatro camas; ni que decir tiene que las dos personas que durmieron juntos fueron......., los que fueron.

La etapa de hoy, la que nos llevará hasta Burgos, tiene un recorrido de más de veintisiete kilómetros, y en reunión a última hora de ayer, decidimos de mandar nuestras mochilas en taxi con la intención de hacer el camino más liviano; así y todo acordamos salir a las cinco y media, por lo que a las cinco había que estar en planta. Así lo hicimos.
La oscuridad con la que avanzábamos en el camino, solo rota por las linternas de cabeza que llevábamos Annika y yo, pues la de Juan Primor se había quedado sin pilas nada más abandonar el complejo monástico de San Juan de Ortega, y que no nos permitía ver más allá de un par de metros, hizo que nos equivocáramos de camino, cogiendo uno que lo que hacía era alejarnos de Agés, que era a donde nos dirigíamos. Ya con las chavitas del día nos dimos cuenta de nuestra equivocación , intentando de enmendar nuestra metedura de pata acortando campo a través. ¡Para qué!. Maldita sea la hora que decidí, porque fui yo el que tomó esa decisión, de tomar ese atajo que pensé que nos trasladaría hasta el camino que nos llevara hasta Agés. 
Entre caminos de cabras casi cerrado por tojos que  nos sobrepasaban en altura, llegó un momento en el que quedamos atrapados, no pudiendo seguir hacia adelante. Y entonces, después de intentar abrir un nuevo sendero, sentí como el tobillo me crujía. No quiero entrar en detalles, pero mi pie quedó atrapado en un cepo.
Gracias a mi grupo de viaje, sobre todo a Juan Primor, por hacer las gestiones pertinentes para que en este momento me encuentre en el hospital Recoletas de Burgos, en planta, a la espera que mañana sábado me intervengan el tobillo.
No he podido hacer realidad al completo el sueño que tanto estuve esperando. Volveré a intentarlo.
Gracias por todo y perdonad por no haber logrado mi objetivo.

DEDICADO A MI AMIGO CAPI.
 

Y aquí termina esta pequeña serie en la que, desde el sillón de mi despacho, traté de seguir los pasos  que desde un día antes de que empezara, y me refiero a mi serie, comenzó un gran amigo mío desde San Juan de Pie De Puerto, en el Pirineos francés; un amigo que como diría otro, "todo lo hace bien el muy c.....". 

Espero que os haya entretenido; creo que sí. Y digo que creo que sí porque habéis sido muchos los que me habéis dado ánimo en mi empresa. Perdonad si os he confundido a veces sobre la veracidad de mis "vivencias compostelanas", queriendo remarcar que tan solo lo hice con el objetivo de entretener.

Algunos preguntaréis ahora que porqué concluyo esta serie y no prosigo tras la estela que va dejando el amigo del que os hablé, y que tiene la intención de llegar hasta Santiago. Pues simple y sencillamente no prosigo porque me han surgido una serie de cosas a las que tengo que atender y que me impiden entregarme a la escritura como ella se merece. Pero que sepáis que mi intención era que "el colombiano Aarán Cifuentes volviese a cometer un nuevo asesinato a la altura de la localidad de Sanabria, pero que fuese hecho preso en las calles de Santiago cuando se disponía a asestarle un golpe mortal al que escribe estas líneas. Que Juan Primor terminase el camino en compañía de Erika, consiguiendo su marca personal de hacer crujir los somieres en todos aquellos albergues en los que pernoctaron; que Annika, harta de no conseguir lo que buscaba decidiera quedarse en la ciudad de Burgos; y que Laura, aunque algunos lectores pensaran otra cosa, demostrara que siempre fue lo que fue, una gran señora, llegando a Santiago muy fortalecida mentalmente y habiendo recuperado la ilusión que tenía perdida cuando comenzó su camino en Somport. En cuanto a Aracelis, la dominicana, nunca más supe de ella, habiéndose esfumado como si no quisiera nunca más saber de mí, cuando en verdad puedo asegurar que no di motivo para su comportamiento."

Queridos lectores y lectoras, gracias por dedicarme unos minutos de vuestro tiempo en estos últimos días.

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